lunes, 7 de noviembre de 2016

El triangulo didáctico

ASTOLFI, J.P. (2001) “Conceptos claves en la didáctica de las disciplinas”. Sevilla: Diada.77-78 El triángulo didáctico A menudo, se simboliza la didáctica mediante un triángulo, que representa el sistema que une el saber, al alumno y al maestro.

En este triángulo, no sólo hay que considerar los vértices, ya que cada uno de ellos corresponde a un dominio de investigación que no es didáctico, en sentido estricto, aunque la didáctica no pueda ignorarlos. Los vértices representan otros tantos dominios conexos y herramientas de análisis: la estructura conceptual y la epistemología del domino (polo “Saberes”), las diversas psicologías del aprendizaje (polo “Alumnos”), los modelos de enseñanza y la psicología (polo “Enseñante”).

En la superficie del triángulo, podemos incluir diversos sectores que reflejen las distinciones propuestas más arriba por Halté y Martinand, relacionando preferentemente cada sector con ciertos conceptos de la didáctica:
- un sector de elaboración de los contenidos (transposición didáctica, trama conceptual, nivel de formulación de un concepto, práctica social de referencia…);
- un sector de estrategias de apropiación (representaciones, obstáculos, error, resolución de problemas…);
- un sector de interacciones didácticas (costumbre didáctica, ayuda didáctica…);
- un sector (central) de construcción de situaciones didácticas (objetivo obstáculo, contrato didáctico, transmisión, situación problemática, estructuración…).
Si los tres primeros sectores tienen un alcance más analítico (y constituyen así rodeos con respecto a la acción), el sector central corresponde a modalidades “calculadas” de intervención didáctica que tienen en cuenta los precedentes.

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